En nuestra experiencia sabemos que aceptar un diagnóstico de infertilidad puede suponer un impacto estresante y una crisis en la vida que afecta, a menudo, a nivel personal, de pareja, familiar, social y laboral.
Los problemas de infertilidad hacen que debamos replantearnos las expectativas de tener hijos y nos lleva a enfrentarnos a tomar una serie de decisiones, como tener que someternos a un tratamiento de fertilidad.